Seite 17: Märchen von einem, der auszog das Fürchten zu lernen (Juan Sinmiedo)



In der dritten Nacht setzte er sich wieder auf seine Bank und sprach ganz verdrießlich: "Wenn es mir's nur gruselte !"
Als es spät ward, kamen sechs große Männer und brachten eine Totenlade hereingetragen. Da sprach er:"He, ha, das ist gewiß mein Vetterchen, das erst vor ein paar Tagen gestorben ist", winkte mit dem Finger und rief:"Komm Vetterchen, komm !"
Sie stellten den Sarg auf die Erde, er aber ging hinzu und nahm den Deckel ab: Da lag ein toter Mann darin. Er fühlte ihm ans Gesicht, aber es war kalt wie Eis.
"Wart", sprach er, "ich will dich ein bißchen wärmen", ging ans Feuer, wärmte seine Hand und legte sie ihm aufs Gesicht, aber der Tote blieb kalt. Nun nahm er ihn heraus, setzte sich ans Feuer und legte ihn auf seinen Schoß und rieb ihm die Arme, damit das Blut wieder in Bewegung kommen sollte.
Als auch das nichts helfen wollte, fiel ihm ein, "wenn zwei zusammen im Bett liegen, so wärmen sie sich", brachte ihn ins Bett deckte ihn zu und legte sich neben ihn. Über ein Weilchen ward der Tote warm und fing an, sich zu regen. Da sprach der Junge: "Siehst du, Vetterchen, hätt' ich dich nicht gewärmt!" Der Tote aber hub an und rief: "Jetzt will ich dich erwürgen." "Was", sagte er, "ist das mein Dank ? Gleich sollst du wieder in deinen Sarg", hob ihn auf, warf ihn hinein und machte den Deckel zu; da kamen die sechs Männer und trugen ihn wieder fort.
La tercera noche, sentado nuevamente en su banco, suspiraba mohíno y malhumorado: «¡Por qué no puedo sentir miedo!».
Era ya bastante tarde cuando entraron seis hombres fornidos llevando un ataúd. Dijo él entonces: -Ahí debe de venir mi primito, el que murió hace unos días. -Y, haciendo una seña con el dedo, lo llamó -¡ven, primito, ven aquí!
Los hombres depositaron el féretro en el suelo. El mozo se les acercó y levantó la tapa: contenía un cuerpo muerto. Le tocó la cara, que estaba fría como hielo.
-Espera -dijo-, voy a calentarte un poquito. Y, volviéndose al fuego a calentarse la mano, la aplicó seguidamente en el rostro del muerto; pero éste seguía frío. Lo sacó entonces del ataúd, se sentó junto al fuego con el muerto sobre su regazo, y se puso a frotarle los brazos para reanimar la circulación. Como tampoco eso sirviera de nada, se le ocurrió que metiéndolo en la cama podría calentarlo mejor. Lo acostó, pues, lo arropó bien y se echó a su lado. Al cabo de un rato, el muerto empezó a calentarse y a moverse. Dijo entonces el mozo -¡ves, primito, cómo te he hecho entrar en calor! Pero el muerto se incorporó, gritando: -¡Te voy a estrangular!
-¿Qué? -exclamó el muchacho-. ¿Así me lo agradeces? Pues te volverás a tu ataúd. Y, levantándolo, lo metió en la caja y cerró la tapa. En esto entraron de nuevo los seis hombres y se lo llevaron.

Vokabular
der Vetter = el primo
der Sarg = el féretro
der Deckel = la tapa
wärmen = calentar
das Gesicht = el rostro
der Tote = el muerto
der Schoß = el regazo
zudecken = arropar
sich regen = el moverse
würgen = estrangular
forttragen = llevarse





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