Seite 80: Des Moorkönigs Tochter (La hija del rey del pantano)



»Nun müssen wir zurück, du wirst vermißt!«, sagte er. »Nur einen Blick noch«, bat sie; »nur einen einzigen kurzen Augenblick.« »Wir müssen zur Erde, alle Gäste gehen schon fort.« »Nur einen Blick den letzten.« Klein-Helga, stand wieder auf der Veranda – aber alle Fackeln draußen waren gelöscht, alle Lichter im Hochzeitssaal waren fort, die Störche fort, keine Gäste zu sehen, kein Bräutigam, alles wie fortgeweht während der drei kurzen Augenblicke. Da überkam Helga eine Angst; sie ging durch die große, leere Halle in die nächste Kammer hinein. Dort schliefen fremde Soldaten. Sie öffnete die Seitentür, die in ihre eigene Stube hineinführte, und als sie darin zu stehen vermeinte, stand sie draußen im Garten. – So war es doch hier vorhin nicht gewesen; rötlich schimmerte der Himmel, der Tag graute herauf. Drei Augenblicke im Himmel nur, und eine ganze Erdennacht war vergangen!

-Debemos volvernos, te echarán de menos -dijo el sacerdote. -¡Otra mirada! -suplicó ella-. ¡Sólo otro instante! -Tenemos que bajar a la Tierra, todos los invitados se marchan. -Una mirada, la última. Y Helga se encontró de nuevo en la terraza... pero todas las antorchas del exterior estaban apagadas, las luces de la cámara nupcial habían desaparecido, así como las cigüeñas. No se veían invitados, ni el novio... todo se había desvanecido en aquellos tres breves instantes. Helga sintió una gran angustia, y, atravesando la enorme sala desierta, entró en el aposento contiguo. Dormían en él soldados forasteros. Abrió la puerta lateral que conducía a su habitación y cuando creía estar en ella se encontró en el jardín. Toda la casa había cambiado. En el cielo había un brillo rojizo; faltaba poco para despertar el alba. Sólo tres minutos en el cielo, y en la Tierra había pasado toda una noche.

Vokabular
vermißen = echar de menos
die Fackel = la antorcha
der Bräutigam = el novio
der Tag (Morgen) graut = amanece





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