»Dann
würde ich die Hunde loslassen! Hui,
davon über Sumpf und Moor nach der
Heide! Das wäre ein lustiger Anblick,
aber noch lustiger, ihm bei dieser Fahrt
folgen zu können!« Doch der Wiking
wollte nicht, daß er diesen Tod erleide,
doch sollte er als Verleugner und Verfolger
der hohen Götter morgigen Tages auf
dem Blutstein im Hain geopfert werden.
Es war das erste Mal, daß hier ein
Mensch geopfert wurde. Jung-Helga bat, ob
sie die Götterbilder und das Volk mit
seinem Blute besprengen dürfe; sie
wetzte ihr blankes Messer, und da gerade
einer der großen bissigen Hunde, deren
es genug auf dem Hofe gab, an ihr vorbei
lief, stach sie ihm das Messer in die Seite:»Das
geschieht, um seine Schärfe zu erproben«,
sagte sie, und die Wikingerfrau sah betrübt
auf das wilde, bösartige Mädchen.
Und als die Nacht kam und die Tochter sich
an Leib und Seele verwandelte, sprach sie
zu ihr mit des Kummers warmen Worten, die
tief aus ihrer Seele drangen.
-Entonces
yo soltaría los perros, y ¡a
correr por el pantano al brezal! ¡Qué
espectáculo, entonces, y aún
sería más divertido seguirlo
a la carrera!
Pero el vikingo se negó a someterlo
a aquella clase de muerte, y lo condenó
a ser sacrificado al día siguiente
sobre la piedra sagrada del soto, como renegador
y perseguidor de los altos dioses.
Era la primera vez que se inmolaba allí
a un hombre. La joven Helga pidió
que se le permitiese rociar con su sangre
las imágenes de los dioses y al pueblo.
Afiló su bruñido cuchillo,
y al pasar sobre sus pies uno de los grandes
y fieros perros, muy numerosos en la hacienda,
le clavó el arma en el flanco.
-Esto es sólo para someter a prueba
su agudeza -dijo. La mujer del vikingo observó
con gran pena la conducta de la salvaje
y perversa muchacha. Cuando llegó
la noche y se produjo la transformación
en el cuerpo y el alma de la hermosa doncella,
expresó, con el corazón compungido
y ardientes palabras, todo el dolor que
la embargaba.