Die Wirtin
sah zu und sprach zu ihrem Mann: »Die
zwei essen eine Gans, sieh doch nach, obs
nicht eine von unsern aus der Ofenröhre
ist.«
Der Wirt lief hin, da war die Ofenröhre
leer.
»Was, ihr Diebsgesindel, so wohlfeil
wollt ihr Gänse essen! Gleich bezahlt,
oder ich will euch mit grünem Haselsaft
waschen.«
Die zwei lenguas:»Wir sind keine
Diebe, ein abgedankter Soldat hat uns die
Gans draußen auf der Wiese geschenkt.«
-Ihr sollt mir keine Nase drehen! Der Soldat
ist hier gewesen, aber als ein ehrlicher
Kerl zur Tür hinaus gegangen, auf den
hab ich acht gehabt. Ihr seid die Diebe
und sollt bezahlen.
Da sie aber nicht bezahlen konnten, nahm
er den Stock und prügelte sie zur Türe
hinaus.
Al verlos
la posadera dijo a su marido
- esos dos se están comiendo un ganso;
ve a ver que no sea uno de los que están
asándose en el horno.
Fue el ventero, y el horno estaba vacío.
- ¡Cómo, bribonzazos! ¡Pues
sí que os saldría barato el
asado! ¡Pagadme en el acto, si no queréis
que os friegue las espaldas con jarabe de
palo!
Los dos dijeron - no somos ladrones; este
ganso nos lo ha regalado un soldado licenciado
que estaba ahí en aquel prado.
- ¡A mí no me tomáis el
pelo! El soldado estuvo aquí, y salió
por la puerta, como una persona honrada; yo
no lo perdí de vista. ¡Vosotros
sois los ladrones y vais a pagarme!
Pero como no tenían dinero, el dueño
tomó un bastón los echó
a la calle a garrotazos.