V. Algunos versos


22) ... Ward eines Menschen Geist, in seinem hohen Streben ...

FAUST: FAUSTO
Ward eines Menschen Geist, in seinem hohen Streben, Von deinesgleichen je gefaßt? ¿Alguno de los tuyos ha llegado a comprender alguna vez las altas aspiraciones del espíritu humano?
 

Estos versos también pegan con muchas situaciones de la vida real. Es que hay cantidad de gente que interpretan todo de su manera y muy a menudo de manera bastante mezquina lo revela más sobre el carácter de ellos que sobre el carácter de la persona cuyo comportamiento interpretan. Usted seguramente conoce el cuento del cisne que se cayó en un nido de patos. De este cisne todos se creyeron porque era torpe y de niño era negro y como no vivía en un ambiente que le convenía era raro también. Pero al fin resultó ser un cisne, bello, elegante y mucho más bonito que los patos. A lo mejor también conoce este poema famosa de Baudelaire.

L'ALBATROS
EL ALBATROS
Souvent, pour s'amuser, les hommes d'équipage
Prennent des albatros, vastes oiseaux des mers,
Qui suivent, indolents compagnons de voyage,
Le navire glissant sur les gouffres amers.
A peine les ont-ils déposés sur les planches,
Que ces rois de l'azur, maladroits et honteux,
Laissent piteusement leurs grandes ailes blanches
Comme des avirons traîner à coté d'eux.
Ce voyageur ailé, comme il est gauche et veule!
Lui, naguère si beau, qu'il est comique et laid!
L'un agace son bec avec un brûle-gueule,
L'autre mime, en boitant, l'infirme qui volait!
Le Poête est semblable au prince des nuées
Qui hante la tempête et se rit de l'archer;
Exilé sur le sol au milieu des huées,
Ses ailes de géant l'empêchent de marcher
Por distraerse, a veces, suelen los marineros
Dar caza a los albatros, grandes aves del mar,
Que siguen, indolentes compañeros de viaje,
Al navío surcando los amargos abismos.
Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas,
Estos reyes celestes, torpes y avergonzados,
Dejan penosamente arrastrando las alas,
Sus grandes alas blancas semejantes a remos.
Este halado viajero, ¡qué inútil y qué débil !
Él, otrora tan bello, ¡qué feo y qué grotesco !
¡Éste quema su pico, sádico, con la pipa,
Aquél, mima cojeando al planeador inválido !
El Poeta es igual a este señor del nublo,
Que habita la tormenta y ríe del ballestero.
Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío,
Sus alas de gigante le impiden caminar.

En este mundo hay más marineros que poetas, hay más marineros que albatroses y hay cualquier cantidad de personas cuyo carácter mezquino les impide de ver la belleza que tiene el comportamiento de los otros. En este contexto preciso del Fausto Mefistófeles cree que podrá satisfacer los anhelos del Fausto con placeres baratos pero se equivocará.



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