La mayoría de las gramáticas discuten la formación del
imperativo, pero no su uso. Parten del principio de que el
imperativo es una orden que la persona que la ejecuta
tiene que realizar. De hecho, el uso del imperativo es
bastante difícil desde un punto de vista teórico. No
digo que sea difícil en práctica, todo el mundo tiene
bastante intuición lingüistica para utilizarlo correctamente
y en el fondo no hay ninguna diferencia entre el español
y el alemán. Lo único que digo, es que es difícil desde
un punto de vista teórico.
Fíjese en estas
dos frases
a) ¡Hazlo, ahora mismo!
b) Hazlo, si quieres.
La frase a) es una orden y una persona se permite
ordenar una cosa a otra. Esta frase es poco
gentil y revela una situación de (supuesta) subordinación.
La segunda frase que utiliza el mismo imperativo hazlo
no revela ninguna situación de subordinación y por lo
tanto se podría decir que el nombre imperativo
que viene de imperare (reinar)
está mal porque en un mundo civilizado el imperativo
rara vez se utiliza para ordenar algo a alguien y una
persona culta no lo utiliza nunca en este sentido.
Tanto en español como en alemán el imperativo se dirige
a una o varias personas que están presentes. El imperativo
de la primera persona singular es un poco ambiguo y
debido a esta ambigüedad, el alemán también conoce dos
formas de formar el imperativo de la primera persona
singular.
Ejemplos
Machen wir es!
¡Hagámoslo!
Lasst es uns machen!
Gehen wir!
¡Vamos!
Lasst uns gehen!
La construcción con lassen ...Lasst ihn jetzt in Ruhe, und zwar sofort! ¡Dejadle en paz!...
es una orden dirigida a los otros miembros del grupo (segunda persona plural:lasst),
al cual pertenece el locutor, de dejarle en paz o sea en este tipo de imperativo, el locutor
no se incluye a sí mismo. En la primera frase el locutor
se incluye a sí mismo, da una orden a sí mismo (porque
pertenece al grupo referido por nosotros) y a los otros
miembros del grupo.
En este caso el alemán utiliza una construcción completamente
distinta de la cual vamos a hablar enseguida.